En esta nueva edición de Digital Women, hablamos con Cristina Giménez Elorriaga, Responsable de las Relaciones Universidad-Empresa de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Deusto para conocer de cerca los retos y oportunidades presentes en el ámbito educativo y empresarial ante la transformación digital.
Doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación, Máster en Ocio y Potencial Humano y Licenciada en Psicología por la Universidad de Deusto. Premio Nacional a la Investigación Cultural de la Sociedad General de Autores, autora de estudios y proyectos culturales para instituciones públicas y privadas y extensa experiencia en gestión de programas culturales.
En la actualidad es Responsable de las Relaciones Universidad – Empresa de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Deusto. Compagina esta labor con la coordinación del foro de encuentro con la empresa ForoTech, Semana de la Ciencia y la Tecnología de Deusto, y la dirección del Premio Internacional Ada Byron a la Mujer Tecnóloga.
Cristina es también profesora en distintos másteres y cursos y colaboradora habitual en seminarios y conferencias.
- Responsable de Relaciones Universidad-Empresa de la Facultad de Ingeniería de Deusto, ¿cuál es tu labor en el día a día?
Mi labor consiste en tender puentes, crear sinergias, unir intereses y desarrollar proyectos que promuevan una sociedad más innovadora, desarrollada y justa.
Para ello, escucho las necesidades de las empresas e instituciones y las conecto con proyectos de talento que surgen en la universidad. A su vez, busco apoyo y financiación externos destinados a proyectos tecnológicos y educativos creados en la propia Universidad de Deusto.
- De formación humanista, tu trayectoria ha estado muy ligada al ámbito de la cultura. ¿Cómo ha sido tu evolución profesional hasta ocupar tu puesto actual en un área como la de la Ingeniería?
Trabajé en diversos y variados campos en el mundo de la cultura y, paralelamente, hice mi Tesis Doctoral especializándome en temas de patrocinio y mecenazgo. Este Doctorado me mantuvo unida a la universidad, ámbito en el que soy docente desde hace muchos años. Y es precisamente aquí donde hace ocho años, surgió una oportunidad de colaboración con la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Deusto a través de la puesta en marcha de un proyecto que requería capacidad de gestión, creatividad y captación de fondos. Algunas de las habilidades que domino y en las que he podido desarrollarme a lo largo de mi trayectoria profesional.
Esta colaboración fue creciendo hasta el punto de centrar mi nueva etapa profesional en el sector universitario, que ofrece un “hábitat” muy rico tanto intelectual como humano. Aquí he podido conocer y desarrollar muchísimas iniciativas sociales y empresariales, y trabajar en la internacionalización de algunos proyectos, incluyendo algunos de componente digital. Esta es otra de las apasionantes ventajas que tiene trabajar en la universidad, conectar con relativa facilidad con magníficos equipos de universidades de todo el mundo para favorecer esa interrelación del conocimiento y generación de sinergias.
En este marco, creo que he tenido la oportunidad, y quizá también la capacidad, de trasladar mi “know how” personal al ámbito tecnológico. La formación en Psicología abre una puerta de conocimiento muy transversal y aplicable a gran cantidad de áreas, en mi caso, aplicada al mundo empresarial e institucional relacionado con la tecnología y el talento. Al fin y al cabo, la psicología es una ciencia que existe para solucionar demandas sociales y el conocimiento generado en esta relación psicología-tecnología es fundamental para generar beneficios a las personas.
- La vinculación entre el ámbito educativo y el empresarial es sin duda clave para el desarrollo económico y social del territorio. ¿Cuáles son vuestras prioridades en torno a la mejora de la educación? ¿En qué proyectos estratégicos estáis trabajando?
Nuestro plan estratégico habla de construir una sociedad más justa y próspera a través de la formación e investigación en ingeniería, para dar respuesta a los retos de las personas y las organizaciones, y posicionándonos como agente a su servicio. Todo ello, desde el compromiso de quienes componemos la facultad y el de aquellos a los que formamos.
Trabajamos en la Formación Dual, aún relativamente nueva en nuestro entorno, pero fundamental en países referentes como Alemania, y en la creación de convenios, aulas y cátedras que puedan favorecer tanto al ámbito educativo como al empresarial.
Educamos para trabajar y trabajamos para educar, esa es nuestra misión. Tenemos claro que queremos formar profesionales con un alto nivel no solo académico, sino personal. Por ello, los valores son fundamentales en nuestra concepción de la educación y del ejercicio profesional.
Mi trabajo tiene una gran labor de escucha activa, de apertura ante las nuevas necesidades de la empresa y de la sociedad. Trasladar esto a la Universidad en su función de formar nuevos profesionales e investigación, es una labor interesante y necesaria. Más aún, en un sector en continua evolución y transformación como es la ingeniería, la tecnología.
Y hablamos de necesidades sociales y económicas por un lado, pero tampoco debemos olvidar nuestro continuo trabajo de acercamiento y respuesta al mundo empresarial y laboral en general. Y en esta adaptación constante, cabe destacar nuestras últimas y muy recientes formaciones en Big data, Robótica e Inteligencia Artificial, muchas de ellas pioneras, así como los dobles grados que combinan estudios de administración de empresas con ingenierías, entre otros, aspectos cada vez más demandados en la industria.
- La crisis sanitaria ha acelerado la transición hacia nuevos modelos educativos. ¿Cómo estáis afrontando esta transformación digital post Covid-19 desde la Universidad? ¿Qué retos y oportunidades ha supuesto internamente?
El Covid-19 ha supuesto una grave crisis en todos los ámbitos. Quizá en el universitario lo podamos sobrellevar mejor que en otros, gracias a la semipresencialidad que los medios tecnológicos permiten y a la madurez de nuestros estudiantes.
Como toda crisis, supone un reto tanto para los profesores como para la gestión general. El proceso de aprendizaje en torno a la incorporación de nuevas herramientas digitales, la puesta en marcha de nuevos protocolos, la atención de incidencias ocasionadas… Mucha paciencia y más esfuerzo aún, pero intentando mantener el ánimo en una etapa complicada, que no sabemos aún lo que durará.
No obstante, hay que ver la gran oportunidad que desencadena para demostrar que la profesionalidad, el trabajo, la constancia y el buen hacer pueden superar muchas situaciones difíciles. Personalmente, me ha emocionado ver cómo se está intentando ayudar a estudiantes en situaciones complicadas con pequeños y grandes gestos.
Labsland o Smowl, startups con las que colaboramos estrechamente desde la Universidad, han puesto sus capacidades a disposición del sector educativo, demostrando que la tecnología es un aliado clave de la formación.
En este sentido, la Universidad de Deusto, ha puesto principalmente en marcha las becas Covid-19 para ayudar a familias afectadas por esta crisis, y en el día a día estoy viendo también muchos pequeños grandes gestos, que son los que hacen a una sociedad mejor.
- Diriges el Premio Ada Byron a la Mujer Tecnóloga con el objetivo de reconocer y visibilizar la trayectoria de mujeres científicas y tecnólogas. ¿Cuál ha sido la evolución de esta iniciativa desde su creación?
El premio, nacido en 2014, surgió en una servilleta disfrutando de un café junto a colegas estupendos y desde el primer momento, su desarrollo fue natural y muy potente.
En unos meses teníamos suficiente apoyo institucional y empresarial para salir adelante, muchas ganas y un jurado de altísimo nivel que nos apoyó desde el inicio y de forma constante; como Ministras y Secretarias de Estado o Presidentas de grandes compañías, entre muchas otras.
Con el transcurso de los años, el premio fue creciendo hasta superar la centena de candidaturas, manteniendo siempre una calidad sorprendente. El año pasado, por ejemplo, tuvimos el placer de contar con Laura María Lechuga Gómez, profesora de investigación en el CSIC de Barcelona y Jefe del Grupo de Nanobiosensores y Aplicaciones Bioanalíticas en el Institut Català de Nanociència i Nanotecnologí (ICN2, Barcelona) y en el CIBER-BBN, y Susana Ladra González, profesora Titular de Lenguajes y Sistemas Informáticos (Universidad de A Coruña) y coordinadora del programa STEMbach en la Universidad de A Coruña (UDC).
También creció en patrocinadores, permitiéndonos comenzar la internacionalización, primero en México, seguido de Argentina y actualmente, comenzamos a proyectar Uruguay y Colombia. ¡Apuntamos alto y lo conseguimos!
- También coordinas ForoTech: semana Deusto de la Ciencia y Tecnología. ¿Cómo contribuye esta iniciativa a crear riqueza a través de la innovación tecnológica?
Forotech surge en 2013 como respuesta a una inquietud presente en la Universidad de Deusto y en la sociedad; el fomento de las vocaciones tecnológicas. Haciendo especial hincapié en las femeninas y en el fortalecimiento de los puentes Universidad – Empresa.
Por aquel entonces, las prospectivas de empleo en el mundo tecnológico ya apuntaban hacia un crecimiento ostensible, confirmado por la realidad, incluso ahora, en plena crisis económica. Son necesarias más ingenieras e ingenieros para cubrir los puestos de empleo que esta sociedad del siglo XXl va a demandar.
Forotech siempre ha querido innovar, aportar algo diferente en cada edición y no solo a través de la temática central abordada, también en los formatos y en las personas invitadas que nos han hecho crecer. Hemos volado drones cuando aún no había ni legislación al respecto; preparado Ciclos de Cine y Tecnología; impreso comida en el Claustro como aperitivo tras debatir sobre Cocina y Tecnología o hemos organizado Scape Rooms en la Biblioteca con temática de ingeniería. Además, hemos tenido oradores de impacto, como presidentas de grandes tecnológicas.
Como ejemplo de innovación, la pandemia del COVID-19 nos puso en una situación especialmente complicada. En mayo de 2020 estábamos confinados en nuestras casas, por lo que no fue posible la celebración del evento. Sin embargo, no anulamos la edición por completo, sino que decidimos posponerlo, buscando nuevos formatos, nuevas ideas en este nuevo paradigma.
A lo largo de esos meses, desde nuestros hogares, reunimos al equipo Forotech semanalmente para dar con nuevas fórmulas. Como anécdota, el primer día que salí de casa después de tantos meses, fue para reunirme, ¡y solo había un puñado de terrazas a escasas horas ya que la Universidad estaba totalmente cerrada! Aun así, la reunión con un catedrático y parte de su equipo fue el primer paso para cerrar lo que luego fue una gran innovación: trasladar la visita de los 600 adolescentes que anualmente participaban en los talleres tecnológicos de Forotech, a unos laboratorios remotos, y todo ello en formato on line.
Labsland, a quienes bien conocéis, ya que se trata de una de las startups incubadas en INNOLAB, fue una colaboradora estupenda y una de las invitadas en una conferencia internacional celebrada sobre laboratorios remotos.
Termino la historia contándoos que en octubre llego la segunda ola de la pandemia. Celebrar de forma semipresencial Forotech 2020 obteniendo además una participación mayor que otros años, fue todo un canto a la esperanza y a la resiliencia, no sin un coste de esfuerzo más que considerable, por parte de todo el equipo.
- La Universidad de Deusto es uno de los socios fundadores de INNOLAB. ¿Cuál es el valor añadido de formar parte de esta plataforma de innovación abierta?
Creo que la innovación es fundamental en el desarrollo de los agentes sociales y la Universidad debe de estar a la cabeza de la misma, tanto en investigación y tecnología, como en proyectos y sistemas educativos.
Así, la sinergia con INNOLAB es clarísima para la Universidad de Deusto. De hecho, el pasado año colaboramos activamente en la celebración de la Conferencia Leaders in Tech, celebrada presencialmente en el Paraninfo en la Universidad de Deusto, para descubrir nuevos avances y ejemplos de liderazgo en torno a nuevas tecnologías y en el que se mostraron casos de éxito como el de Inspira STEAM, para visibilizar las vocaciones científico-tecnológicas en las niñas.
También cabe destacar, nuestra participación en proyectos de innovación abierta y prototipado tecnológico de INNOLAB. Ejemplo de ello es el proyecto Blocksup (plataforma basada en Blockchain para garantizar la trazabilidad de la cadena de subcontratación de Iberdrola), acompañando a la startup Gondor Solutions en el desarrollo tecnológico de la solución.
El desarrollo del talento en torno a la tecnología es uno de nuestros objetivos comunes, para lo que colaboramos en actividades como el Bilbao Quantum Computing Hackathon del 2019 o en el marco del Master Dual en Emprendimiento en Acción y Grado Dual de Turismo.
- En tu caso personal, ¿cómo ha evolucionado tu “relación” con la tecnología a lo largo del tiempo y cómo crees que impactará en el futuro?
Por mi generación, la tecnología llegó cuando ya estaba estudiando en la universidad. Parte del Máster en Ocio y Potencial Humano que estudié fue en Bélgica y en Holanda y allí todas las personas tenían un ordenador cuando aquí era algo que podías denominar como “excéntrico”.
En mi caso particular, la adaptación ha sido clave, intentando extraer todo lo que la tecnología tiene de bueno, pero reconozco, que lo más complicado está siendo educar en su buen uso a mis tres hijos, ahora adolescentes, a los que absorbe gran parte de su tiempo.
El uso responsable y sano de la tecnología es una tarea pendiente en estos días. La tecnología como medio y no como fin y ¡desde luego! con un uso medido y consciente.
- Si tuvieses que elegir un nombre, ¿quién sería tu mujer referente a nivel profesional?
Vaya, me lo ponéis difícil. Admiro a muchas y muy dispares mujeres a lo largo de la historia, como Hipatia o Santa Teresa, entre otras. Todas ellas valientes e inteligentes.
Hablar de alguien concreto de nuestros días me parece más complicado, aunque me encantó conocer y trabajar junto a Cristina Garmendia (Exministra de Ciencia e Innovación) como parte de nuestro jurado en el Premio Ada Byron. Una mujer que aúna conocimiento, con valores y un liderazgo muy evolucionado.
Como parte de mis referentes, nombraría también a varias de nuestras premiadas que me han impactado por su talante. Visibilizar talento en un ámbito donde faltan vocaciones, es especialmente importante. Hacen falta referentes femeninas en la sociedad, y especialmente en el ámbito tecnológico donde escasean notablemente.
Además, admiro a muchas de mis colegas tanto dentro como fuera de la universidad. No voy a decir nombres, pero todas ellas trabajan con honestidad, inteligencia y buen humor.
- Por último… ¿qué responderías al comentario “las chicas no tienen interés en la tecnología”?
Diría que es una frase hecha. Creo que las chicas, por norma general, se sienten más cercanas a profesiones que tienen una proyección social. Es cuestión de mostrar cómo la tecnología no es algo frío y alejado, sino una herramienta que puede ayudar en campos tan dispares como la medicina, el diseño, el trabajo social o la educación.
Eskerrik asko Cristina por tu tiempo y por compartir los retos y oportunidades presentes actualmente en el ámbito educativo y empresarial ante la transformación digital. Ha sido un verdadero placer.
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