En esta edición de Digital Women de INNOLAB Bilbao, nos adentramos en una tecnología que supondrá una revolución empresarial: la computación cuántica. 

Si las variables de la ecuación son “Mujer”, “Bilbao” y “Computación Cuántica”, la solución es Ana Martín, Investigadora Científica de QUTIS Center en UPV/EHU. Graduada en Física y Máster en Ciencia y Tecnología Cuántica, Ana está actualmente desarrollando su Doctorado en la Universidad del País Vasco en torno a la implementación de algoritmos que emplean diferentes tecnologías cuánticas y paradigmas computacionales. Además, fue una de las mentoras del Bilbao Quantum Computing Hackathon y ha formado parte del equipo ganador en la categoría de relevancia científica de otros hackathon.

  • Formas parte del equipo de investigación QUTIS Center, Quantum Technologies for Information Science, ¿cuál es tu labor en el día a día de esta organización?

Lo primero que hago al comenzar mi jornada es revisar las últimas publicaciones para estar al tanto de las novedades científicas. En nuestro trabajo es crucial mantenerse actualizada, la computación cuántica es un campo que se está desarrollando a gran velocidad y cada avance puede tener consecuencias decisivas.

A partir de ahí comienzo a trabajar en los distintos proyectos en los que estoy involucrada: asistir a reuniones donde compartimos los últimos avances, planificar los próximos pasos y discutir sobre las últimas ideas que se nos han ocurrido y cómo se pueden desarrollar. El trabajo de investigación es un campo bastante creativo, por lo que tener tiempo y espacio para la comunicación entre compañeros es clave para que esa creatividad se traduzca en proyectos tangibles.

  • Tu trayectoria profesional dio un giro completo cuando oíste hablar por primera vez acerca de la computación cuántica. ¿Cómo fueron tus inicios en torno a esta tecnología hasta la actualidad?

Lo cierto es que el comienzo de mi carrera profesional fue algo atípico. Aunque las matemáticas y la física siempre me gustaron, al terminar el bachillerato no me atreví a estudiar una carrera universitaria en ninguno de los dos campos y acabé matriculando en Arquitectura Técnica. Tras tres meses de clase, abandoné la carrera y me puse a trabajar. Y al año siguiente comencé un Ciclo Superior en Administración y Finanzas lo cual me permitió trabajar como secretaria en una consultora financiera. 

Con la estabilidad y seguridad que me dio ese empleo, me lancé a estudiar y aprender algo que realmente me apasionara. Y así es como acabé matriculando en el grado de Física. Si soy sincera, siempre pensé que dejaría la carrera cuando me fuera imposible compaginarla con mi trabajo, pero cuando algo te apasiona es difícil dejarlo pasar

No fue hasta qué cursé “mecánica cuántica” cuando Miguel Ángel Martín Delgado (Catedrático de Física Teórica en la Universidad Complutense de Madrid) me descubrió la computación cuántica y todo lo que quedaba por hacer en este campo. Me pareció fascinante que algo, que en su momento me parecía tan abstracto, pudiera ser llevado a la realidad con un ordenador. Una máquina capaz de resolver problemas reales de gran impacto en el día a día.

Al finalizar el grado en Física, me mudé a Bilbao para cursar el Máster en Ciencias y Tecnologías Cuánticas en la UPV/EHU. Fue ahí cuando comencé a formar parte de QUTIS, un equipo de investigación con gran influencia y relevancia en el campo de las tecnologías cuánticas. Poder trabajar con ellos es todo un privilegio. Desde que formo parte del equipo, mis conocimientos, motivación y participación en el ámbito de la computación cuántica aumentan cada día. En especial tengo que destacar el apoyo que suponen mis directores de Tesis, Mikel Sanz y Enrique (Kike) Solano. 

  • ¿Qué es la computación cuántica?

La computación cuántica es el campo de la física donde convergen la mecánica cuántica y la computación para superar las limitaciones de la informática clásica.

Contempla el uso de qubits superconductores en lugar del bit convencional del que siempre hemos oído hablar. Y es que, la principal característica de este sistema alternativo es que permite la superposición y el entrelazamiento, para conseguir ventajas exponenciales en cuanto a la velocidad de ejecución de un algoritmo o a la capacidad computacional de un dispositivo. 

En resumidas cuentas, gracias a esta tecnología, es posible resolver problemas STEM que, con la tecnología clásica actual, resulta imposible por su elevado coste.

  • ¿Cuáles son los proyectos en los que estás trabajando en la actualidad?

En QUTIS somos académicos y desarrollamos cosas que nos apasionan, pero siempre con la mira puesta en aplicaciones industriales y problemas realistas. Los proyectos suelen empezar con una semilla que, a medida que crece, se va ramificando y termina floreciendo en proyectos diferentes a los que se plantearon en un principio.

Actualmente estoy trabajando en proyectos directamente relacionados con mi tesis y por tanto al ámbito académico, pero que creemos que tendrán importantes consecuencias y aplicaciones empresariales e industriales. 

Concretamente estoy enfocada en el estudio de la implementación de diferentes algoritmos cuánticos utilizando diferentes paradigmas computacionales con ordenadores cuánticos en la nube. En estos proyectos están también involucrados otros grupos de investigación de referencia en Europa y Norteamérica, como son el Centro Aeroespacial Alemán (DLR) y el departamento de energía de EEUU. 

Por otro lado, también estamos inmersos en el campo de las aplicaciones de la computación cuántica en el sector financiero de la mano de empresas del sector. Este es un campo emergente que ya está generando mucho interés.

  • Se oye hablar de la llegada de la computación cuántica como la “cuarta revolución industrial”, ¿cuál crees que es el impacto futuro (y presente) que tendrá en el ámbito empresarial? ¿Cuáles son las aplicaciones en las que se está trabajando?

Aunque para muchos todavía suene como algo lejano, la computación cuántica ha venido para quedarse. Cada vez es más común y se están dando grandes avances en el ámbito industrial y empresarial. 

Uno de los campos más explotados es la comunicación y encriptación cuántica, que permite que las comunicaciones sean mucho más seguras, aunque también ha levantado mucho interés en el ámbito de la logística y las cadenas de producción

Problemas como la elección de la mejor ruta que debe seguir un trabajador en un almacén, para poder recoger la mayor cantidad de ítems con el menor esfuerzo posible, son irresolubles a día de hoy con ordenadores clásicos dados los recursos energéticos y el tiempo de computación que necesitarían. Un ordenador cuántico podría ayudarnos con estos problemas. 

  • Conectar el mundo investigador con el empresarial es, en muchos casos, difícil y necesario a la vez. Es aún más complicado cuando hablamos de tecnologías tan disruptivas como la computación cuántica, ¿cómo estáis trabajando en esta conexión/transición?

Efectivamente, a menudo el mundo empresarial necesita dar solución a problemas que el mundo académico ya ha resuelto, pero que todavía no se han aplicado al mundo cotidiano. Aunque, poco a poco, la barrera entre estos dos mundos se está diluyendo. 

Entornos como los creados por INNOLAB hacen una labor crucial para establecer una comunicación entre ambos mundos. Gracias a eventos como Bilbao Quantum Computing Hackathon o el Think Tank de computación cuántica en finanzas hacen posible que personas externas al entorno académico adquieran un mayor interés en las aplicabilidades de estos campos y contribuyan a su desarrollo en el ámbito de empresa.

La aparición de Grados como el de Ingeniería Cuántica, hará también posible que las aplicaciones de las tecnologías cuánticas en el mundo que nos rodea crezcan significativamente.

  • Es evidente que el contexto actual del COVID-19 ha acelerado los procesos de transformación digital. ¿Cómo crees que puede ayudar la tecnología en nuestras vidas?

El confinamiento que hemos vivido es un ejemplo claro de cómo la tecnología está totalmente integrada en nuestras vidas y cómo puede ayudarnos a mejorar nuestra forma de vivir. Gracias a ella puedo trabajar con ordenadores cuánticos en la nube sin tener que tocarlos o mantener reuniones con equipos de trabajo que se encuentran en diferentes partes del mundo.

La pandemia del COVID-19 representa un punto de inflexión interesante para los modelos epidemiológicos. El comportamiento del virus y los efectos que está teniendo a todos los niveles, está generando una cantidad de datos “experimentales” y muestreo estadístico abrumadores que, sin duda alguna, serán utilizados en el futuro para contrastar modelizaciones teóricas con resultados fehacientes.

  • Fuiste una de las mentoras de Bilbao Quantum Computing Hackathon, uno de los primeros hackathons de computación cuántica de Europa organizado por INNOLAB y QUTIS. En estas comunidades no abunda la participación de mujeres, ¿cómo crees que ayudan este tipo de iniciativas en iniciativas STEM?

Iniciativas como estas son necesarias y positivas, pero queda mucho por hacer. Es necesario fomentar el interés en las áreas STEM a edades tempranas y reforzarlo mediante estímulos diarios, para que la presencia de mujeres en eventos tecnológicos aumente

Las iniciativas puntuales como talleres o charlas son insuficientes, por lo que es necesario permear en las aulas y fomentar la coeducación desde los inicios. Para ello, es clave formar al profesorado en educación feminista y naturalizar el hecho de que el género no determina ni los intereses ni las capacidades de las alumnas

  • Si tuvieses que elegir un nombre, ¿quién sería tu mujer referente a nivel profesional?

Es sorprendente ver como muchos de los descubrimientos más relevantes en física y matemáticas han sido impulsados o desarrollados en su totalidad por mujeres realmente fascinantes. Aunque, si sólo tuviera que quedarme con una, esa sería sin duda alguna Hedy Lamarr. Creo que su caso resulta muy representativo del momento que vivimos. Su belleza heteronormativa fue la prisión de sus capacidades intelectuales. 

Hedy Lamarr inventó la primera versión del WiFi, un espectro ensanchado que permitiría las comunicaciones inalámbricas de larga distancia. Durante la Segunda Guerra Mundial, Hedy quiso apoyar al bando estadounidense ofreciendo su preparación como ingeniera, pero rechazaron su oferta alegando que la mejor forma de ayudar era con su faceta de actriz y su imagen.

Aún así, no desistió. Tuvo la intuición empresarial necesaria para saber que un sistema de comunicaciones seguras era de crucial importancia para poder sacar ventaja durante la guerra y empleó todo su empeño y creatividad en desarrollar ese sistema. No fue hasta tres años después de que caducara la patente de su invento, que fue adoptado por el gobierno para las transmisiones militares. Hedy no obtuvo reconocimiento alguno hasta 1997, que le fue concedido el Pioner Award.

  • Por último, ¿Qué responderías al comentario “las mujeres (de todas las edades) no tienen interés en la tecnología”?

Diría que el interés por la tecnología o cualquier otro campo no es inherente al género. De hecho, no es hasta alrededor de los 8 años cuando se empieza a observar comportamientos e intereses diferenciados entre niños y niñas. Eso es consecuencia de la educación y del modelo de sociedad en el que vivimos.

No se potencia de la misma manera el afán de curiosidad, aprendizaje y ganas de cacharrear a niños y a niñas. Por eso no sorprende que, a edades adultas, haya un déficit de mujeres en el ámbito tecnológico. Con educación y concienciación, esta realidad puede que cambie en un futuro. Y a mí me encantaría verlo.

Eskerrik asko, Ana, por tus interesantes reflexiones sobre el mundo de la computación cuántica y el papel de la mujer en la tecnología. Una lectura realmente inspiradora.

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