Nos acompaña Haizea Rodríguez, Responsable de iniciativas de IA Aplicada de BAIC, Centro Vasco de Inteligencia Artificial que tiene como objetivo posicionar Euskadi como referente global en el desarrollo y aplicación de esta tecnología, y agente colaborador de INNOLAB Bilbao.
Haizea nos muestra los retos de la inteligencia artificial, así como las oportunidades de su aplicación en diferentes sectores como industria, salud o movilidad, entre otros. Además, descubriremos por qué la IA y la IA Generativa han sido capaces de posicionarse como una de las tecnologías más revolucionarias del futuro empresarial y social.
Descubre esto, y mucho más, en esta nueva entrevista LEADERS IN TECH COMMUNITY.
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Cuéntanos, ¿cuál es tu perfil académico?, ¿por qué te decantaste por ello?
En mis últimos años de Bachillerato no tenía las ideas del todo claras, pero siempre me habían llamado la atención las ingenierías. Dentro de ellas, la informática tuvo algo que me hizo pensar que podía ser mi camino, quizá porque el dibujo técnico no era mi punto fuerte o porque desde pequeña me gustaba trastear con ordenadores.
Estudié Ingeniería Informática y más tarde un máster en Inteligencia Artificial. Durante la carrera me pregunté muchas veces si había elegido bien, y con el tiempo entendí la razón: la tecnología te ofrece un folio en blanco para crear lo que quieras, y descubrí que mi motivación siempre había sido usarla para resolver problemas reales y mejorar el día a día de las personas.
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En el ámbito profesional, ¿cuál ha sido/es tu relación con la tecnología?, ¿algún proyecto en concreto que destacar?
Desde el principio tuve claro que quería aplicar lo que aprendía a problemas reales, así que muy pronto pude conectar con el mundo empresarial. He trabajado en proyectos ligados a la movilidad, optimizando rutas, o en entidades de telecomunicaciones detectando posibles fugas de clientes, y también he tenido la oportunidad de aplicar técnicas de IA en sectores más industriales, como el de la fundición. Esta mezcla de entornos me ha permitido ver cómo la tecnología puede transformar procesos muy distintos y aportar soluciones reales.
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¿Por qué la inteligencia artificial se ha posicionado como una de las tecnologías más revolucionarias en los próximos años?, ¿podrías destacar algunos ejemplos que estén teniendo impacto en la actualidad?
La inteligencia artificial lleva muchos años entre nosotros, pero en los últimos tiempos ha dado un salto enorme. Por un lado, la creciente disponibilidad de datos y los avances en la potencia de computación ha permitido desarrollar modelos cada vez más precisos y potentes. A esto se suma la aparición de la IA generativa, que ha cambiado por completo la manera de relacionarnos con la tecnología y ha hecho que muchas personas, incluso sin perfil técnico, puedan utilizarla en su día a día.
También estamos viendo una demanda creciente de automatización y optimización en sectores como la fabricación, las finanzas o el transporte, lo que está acelerando aún más su adopción. Aunque la IA generativa es la que más visibilidad tiene, yo sigo teniendo debilidad por la IA clásica; la que predice demanda, optimiza consumos energéticos o mejora procesos industriales. Y quizá uno de los ejemplos más impresionantes es cómo la IA está ayudando a agilizar la aprobación de nuevos fármacos, reduciendo tiempos y avanzando hacia la disponibilidad más efectiva de tratamientos.
- ¿A qué retos se enfrenta el ámbito empresarial y la sociedad ante la implementación ante la implementación y despliegue de tecnologías como la inteligencia artificial?
Creo que el mayor reto al que se enfrentan tanto las empresas como la sociedad es entender cómo integrar la IA de forma responsable y útil, sin perder de vista el factor humano. Muchas organizaciones todavía están en fases muy iniciales y se encuentran con barreras claras: falta de datos de calidad, ausencia de perfiles especializados o dificultad para identificar casos de uso que realmente aporten valor.
A esto se suma la necesidad de garantizar que la IA no amplifique desigualdades, ya sean sesgos en los datos, diferencias en el acceso a la tecnología o la baja presencia de mujeres en el sector, algo que debemos corregir si queremos una IA más justa y representativa.
En resumen, el desafío no es solo tecnológico: es cultural, ético y social. Y si conseguimos alinear estos tres planos, la IA podrá aportar muchísimo a las empresas, a las instituciones y, sobre todo, a la vida diaria de las personas.
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¿Qué perfiles profesionales crees que se demandarán en un futuro donde la inteligencia artificial tendrá gran potagonisto?
Creo que en un futuro donde la IA tenga todavía más protagonismo, la demanda de perfiles especializados va a crecer muchísimo. Solo en Euskadi ya hay cerca de 9.500 profesionales de IA, pero aun así existe una brecha importante. Para cubrir la demanda actual necesitaríamos crecer alrededor de un 25 % anual. Si miramos los datos, las empresas están buscando sobre todo perfiles con conocimientos en analítica de datos, algoritmia, ingeniería de datos y programación. Y junto a ellos, cada vez ganarán más peso áreas como seguridad del dato, IoT, automatización, visión artificial o IA generativa.
Y para mí hay algo fundamental, la IA necesita más talento femenino. Aunque Euskadi es el segundo territorio europeo con mayor presencia de mujeres especialistas TIC, solo el 3,65 % del empleo tecnológico está ocupado por mujeres, frente al 7,05 % en hombres.
En resumen, se demandarán los perfiles híbridos, gente técnica con visión de negocio y personas de negocio con cultura de datos. Estos perfiles son quienes pueden traducir necesidades reales en soluciones basadas en IA y aplicar la tecnología con sentido e impacto.
Muchas gracias Haizea. ¡Un verdadero placer!
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