Entrevista a Luís Rodríguez, socio fundador de Labsland, proyecto que permite acceder al usuario a una amplia red de laboratorios online.

¿Cómo surge la idea del proyecto?

Desde hace años, 5 de los 6 socios hemos participado en un equipo de investigación en laboratorios remotos, desde la Universidad de Deusto. Aunque los prototipos que en estos años hemos probado han dado resultados satisfactorios, para que este tipo de tecnologías lleguen a extenderse y a alcanzar todo su potencial, es necesario ir más allá de un ámbito de investigación. Es necesaria una perspectiva comercial, que pueda garantizar la calidad, la sostenibilidad, y la fiabilidad que son necesarias para obtener un producto que aporte verdadero valor.

¿En qué consiste?

El proyecto consiste en una gran red de laboratorios, todos accesibles a través de Internet. Al menos inicialmente, se tratan de laboratorios educativos. Actualmente los colegios y universidades tienen dificultades con la formación práctica de sus alumnos. Tienen pocos laboratorios, escaso tiempo para llevar prácticas, son caros de mantener, y complicados de gestionar. La red LabsLand permite que los alumnos accedan a estos laboratorios que necesitan para su formación, pero a través de Internet y haciendo uso únicamente de un navegador web. Además, las diferentes instituciones pueden compartir sus laboratorios y hacer que estén accesibles. De ese modo, los alumnos consiguen acceso a más laboratorios, y las instituciones que participan pueden reducir sus costes y mejorar su oferta educativa.

¿Quién está detrás de esta iniciativa?

La iniciativa surge como una spin-off de la Universidad de Deusto, en concreto, de WebLab-Deusto, su equipo de investigación en laboratorios remotos. Cinco de los seis socios hemos colaborado con éste grupo, y el otro de nuestros socios aporta la experiencia empresarial que necesitamos.

¿Cuál es vuestra propuesta de valor? ¿Cuál es vuestro objetivo?

LabsLand permite a usuarios acceder a laboratorios, generalmente educativos, a través de Internet. También permite a instituciones de todo tipo (centros educativos, de investigación, empresas…) ofrecer sus laboratorios en la red. De este modo, todos se benefician. Los usuarios pueden acceder a un número mayor de laboratorios, y además lo hacen de forma cómoda y segura, así como con un mejor acceso a contenidos teóricos relacionados con el experimento que realizan. Las instituciones pueden ahorrar costes, porque comparten equipamientos distintos entre ellas, reducen su infrautilización, y no necesitan preocuparse de su mantenimiento, de asignar profesores o monitores para guiar o vigilar el uso que hacen los estudiantes o de actualizarlo cuando aparezcan versiones nuevas.

LabsLand está en una posición única para ofrecer este servicio, para aprovechar las ventajas de internet y de la remotización, porque sus socios cuentan con experiencia de años en al ámbito de la investigación sobre laboratorios remotos.

¿Cuál ha sido la mayor dificultad que os habéis encontrado en el camino?

Una de las dificultades mayores ha sido la de cambiar nuestra propia perspectiva desde una óptica investigadora (por parte de WebLab-Deusto) a una empresarial (por parte de LabsLand). Nuestro socio Esteban Azcuénaga, que cuenta con una gran experiencia en gestión de empresas, nos ha ayudado y nos ayuda particularmente en este aspecto.

¿Cuál es la situación actual del proyecto? ¿Cuáles son sus necesidades?

Actualmente hemos desarrollado un prototipo del portal de la red LabsLand, accesible en https://labsland.com. Estamos llevando a cabo varios pilotos mientras continuamos mejorando nuestra tecnología y determinando en más detalle las necesidades de aquellos que pueden beneficiarse de este tipo de servicios.

¿A dónde queréis llegar? ¿Cómo veis el proyecto dentro de 5 años?

Nuestro objetivo es que la red LabsLand, y las tecnologías de experimentación remota en general, lleguen a convertirse en una herramienta de referencia. Creemos que tienen un gran potencial para producir un impacto muy positivo en la educación, especialmente científica y técnica. Tanto en colegios, como en centros de formación, y universidades, prácticamente cualquier materia técnica y científica puede beneficiarse de una educación práctica de calidad.